jueves, 31 de marzo de 2011

Comunicación política: Ana Pastor y el arte de la entrevista

La pasada semana vi a la misma periodista, Ana Pastor, hacer dos interesantes entrevistas de desigual resultado. Por ello, me ha parecido que merece la pena escribir este artículo.


El genero periodístico de la entrevista parece que está en franco retroceso. Al menos en lo que se refiere a la televisión y a España. Pocos son los programas (por no decir ninguno) dedicados íntegramente a entrevistas. Lo que si se hacen son entrevistas dentro de otros programas dedicados a otras cosas, como es el caso del programa de Ana Pastor, en el que también hay información y una tertulia... lo de las tertulias políticas mejor lo dejo para otro día. Afortunadamente en prensa escrita (y también en radio) se siguen haciendo cantidad de entrevistas.


La desaparición de CNN+ nos ha privado de programas como Cara a Cara, presentado por Antonio San José, en el que hacía entrevistas durante media hora a todo tipo de personajes de actualidad, no sólo políticos.

Pero centrémonos en las dos entrevistas objeto de este artículo. Por un lado, la realizada el pasado 23 de febrero a Alfonso Guerra, el diputado más veterano de la democracia, y la que hizo el 25 de marzo a Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid.

En primer lugar analizaré la entrevista de Alfonso Guerra. 


En ella nos encontramos con un político que está de vuelta de todo. Guerra no se preparó, ni por asomo, la entrevista. Fue al plató a pecho descubierto, con una actitud (véase como está sentado) casi desafiante. La entrevista fue de menos a más, aunque al principio la pregunta de porque Guerra no se mantuvo sentado en su escaño en el golpe de estado, no sentó muy bien al entrevistado (la entrevistadora le estaba llamando cobarde a la cara, al decirle que otros diputados no se tiraron al suelo). El clímax de la entrevista llega en el minuto 1.03.40. Ese momento es especialmente recomendable. La periodista engancha a su “presa” y el político, a pesar de que se trata de una pregunta muy evidente y que debería llevar una respuesta para ella, se enrroca y no contesta, dando además una imagen arrogante que en nada favorece a la imagen del político en cuestión y por extensión a la imagen de su partido. 



Otro detalle interesante que deberían tener en cuenta todos aquellos que se enfrentan a una entrevista televisiva es que las cámaras te pueden enfocar “incluso” cuando no estás hablando. Algunas miradas de Alfonso Guerra mientras escucha las preguntas le dejan en un mal lugar, desde el punto de vista de la comunicación no verbal.

Antes de pasar al siguiente ejemplo, quería hacer unos apuntes técnicos. Televisión Española siempre se ha caracterizado por tener profesionales excepcionales, pero también ellos meten la pata. En el minuto 57.15 el realizador debió salir a tomar café, porque durante unos segundos se le mete en plano una de las tertulianos que están en la mesa. Por el contrario, algunos de los planos que más me gustan son el “paneo” contrapicado del minuto 55 o en el minuto 1.07 en el que otro contrapicado destaca mucho la imagen de Guerra al estar sobre un fondo negro.

Hablemos ahora de Alberto Ruiz Gallardón.


Al césar lo que es del césar. Hasta ahora no me he callado en este blog a la hora de repartir estopa y cuando me ha tocado llamar mentiroso al alcalde, pues se lo he llamado (por supuesto aportando como prueba de ello sus propias palabras y la web del Ayuntamiento). Pero ahora toca elogiarle como “animal” político que es (en el mejor de los sentidos, no se me ofenda nadie).



El pasado viernes 25, Alberto Ruiz Gallardón pasó por los Desayunos de Televisión Española con los deberes hechos. Como detalle nos podemos fijar en los folios que llevaba preparados para las preguntas que le iban a llover (tras esta entrevista entiendo mejor a Ana Pastor cuando dijo que sentía debilidad por Esperanza Aguirre, porque al alcalde le atacó con todo). Gallardón se preparó la entrevista a fondo. Estoy seguro que le dedicó el tiempo suficiente y su equipo hizo un trabajo de documentación impecable para preparar a su jefe.


Muy al contrario de lo que sucedió con Alfonso Guerra, aquí la que perdió los papeles fue la periodista. La entrevista estuvo mal planteada casi desde el principio. Ésta derivo enseguida en cuestiones de política nacional más que local, algo extraño teniendo en cuenta que el que estaba en el plató era el alcalde de la capital de España y que en menos de dos meses hay elecciones municipales. No es que no me importe la opinión de Ruiz Gallardón sobre qué haría el Partido Popular si gobernase en España en temas como empleo, pensiones o recortes sociales, lo que pasa es que es mucho más interesante saber que haría si volviese a ser alcalde el próximo mes de mayo en aquellas cuestiones que son competencia del Ayuntamiento.

Entrevista a Alberto Ruiz Gallardón (la entrevista empieza en el minuto 42 del video)

El as que se guardaba en la manga la periodista para calentar la entrevista era un informe del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) y que saca a pasear en el minuto 59.40. Ana Pastor lee un párrafo del mismo y el alcalde la rebate de manera impecable. En vez de recular, la periodista se enrroca y sigue adelante. Gallardón no se achanta y suelta lo que lleva preparado sobre los kilómetros de metro construidos, la peatonalización de las calles, la apuesta por el trasporte publico… (con lo fácil que hubiera sido preguntar por el cambio de ubicación de algunas estaciones meteorológicas de la capital, curiosamente aquellas en las que se daban los índices más altos de contaminación, pero para eso la que se tenía que haber preparado más era la periodista). Para terminar esta parte de la entrevista diré que Gallardón aprovechó la ocasión para anotarse otro importante punto: el uso de las nuevas tecnologías. En plena entrevista el alcalde sacó su iPhone (minuto 1.02) y enseñó la aplicación en la que el Ayuntamiento informa sobre la calidad del aire. Por si alguien lo dudaba, Gallardón es un político 2.0 en toda regla. Sobre la entrega de las llaves de oro de la ciudad a Gadafi, Gallardón salió de la mejor manera posible, echando la culpa al gobierno central de la situación, al ser un acto protocolario que se hace con los jefes de estado y de gobierno que son invitados a nuestro país.

Si la intención de Ana Pastor era dar caña a Gallardón, creo el tiro le salió por la culata. Bajo mi punto de vista se notó de manera descarada la animadversión hacia el personaje y quizás por eso la entrevista le salió tan mal. Seguro que el alcalde ganó muchos votos tras esta aparición en la televisión pública, algo que claramente no era la inteción de Ana Pastor.









4 comentarios:

  1. Me gusta Ana Pastor, tiene esa firmeza que es imprescindible cuando se trata con políticos pero a veces tiene un papel demasiado protagonista. Quizá estamos tan acostumbrados al servilismo de los medios con los políticos que por eso nos parece tan elogioso lo que hace Ana Pastor ¿No debería ser la norma y no la excepción?

    ResponderEliminar
  2. Efectivamente, debería ser así.

    Hace años tuve un director que se pasaba la vida diciendo que el periodista no puede ser el centro de la noticia, pero eso en algunos casos es complicadísimo, estoy pensando en periodistas como Iñaki Gabilondo, Carlos Herrara, Luis del Olmo, Federico Jiménez Losantos..., por hablar de algunos que hacen, sobre todo, política (curiosamente todos con un ego desmesurado y procedentes de la radio).

    A mi también me gusta Ana Pastor, pero por eso me sabe mal cuando se le nota demasiado el partidismo (como en el caso de Gallardón). Ella que tanto se vanagloria de trabajar en ESTA televisión pública, debería ser un poquito más coherente. A pesar de todo la prefiero a hooligans de la información como Alfredo Urdaci o Enric Sopena (ambos fueron directores de informativos de la televisión pública)

    PD Gracias por tus comentarios

    ResponderEliminar
  3. Me alegra no recordar a Sopena como director de informativos ¡bendita infancia!

    ResponderEliminar
  4. “GÉnero”/ “Lo que sÍ se hacen...”/ “La pregunta de porquÉ Guerra...”/ “Se enRoca”/ “Debió DE salir a tomar café”/ “Estoy seguro DE que le dedicó...”/ “Ésta derivÓ enseguida...”/ “Saber quÉ haría si volviese...”/ “La periodista se enRoca y sigue adelante”.

    Lo siento, no me pude contener.

    ResponderEliminar