viernes, 30 de agosto de 2013

Gibraltar español!!!

Cuando las cosas dentro de casa van mal, una de las soluciones tradicionales de todo (mal) gobernante es buscarse un enemigo exterior. Tenemos cientos de ejemplos a lo largo de la historia y hay que reconocer que, en el corto plazo, funciona. Un ejemplo reciente, sangrante y con ciertas similitudes fue la Guerra de las Malvinas. Mientras la dictadura militar argentina se hundía en sus propias miserias y su incapacidad para gobernar el país, al general Galtieri no le ocurrió otra cosa que ocupar el archipiélago de las Malvinas, con el resultado ya conocido por todos: declaración de guerra por parte británica y la muerte de cientos de soldados argentinos abandonados a su suerte por unos generales que no solo demostraron su incompetencia para el que no era su oficio, gobernar un país, sino también para lo que se supone deberían estar preparados, hacer la guerra. 

Gibraltar parece no haber perdido su valor geoestratégico para Gran Bretaña

Volviendo a España, la presión mediática sobre el caso Bárcenas y la corrupción en el Partido Popular ha aflojado. Llevamos semanas escuchando en todas las tertulias hablar de Gibraltar, algunas de ellas se han convertido así en aburridos monográficos sobre el tema. Decenas de portadas en los diarios, lógicamente en los más afines al gobierno, casi mejor  debo decir adictos al régimen, como ABC o La Razón. ¿Servirá esto de algo para recuperar la soberanía de Gibraltar? Rotundamente, no.

Fabián Picardo, basa su prestigio político en sus constantes ataques a España... país en el que vive


Ninguno de los gobiernos que ha tenido España desde la caída de la dictadura hace ya 38 años ha tenido una voluntad real de recuperar “la roca”. España en este tiempo ha sido un “actor irrelevante” en lo que a la política internacional se refiere. En los primeros años de democracia, hubo que transigir y posponer el asunto por una cuestión de prioridades. Para España era más importante integrarse en la OTAN y la Unión Europea (entonces Mercado Común) que enrocarse en una postura firme en el asunto de Gibraltar.

La Guerra de Sucesión tuvo un resultado desastroso para los España por las graves pérdidas en vidas humanas, superiores a 500.000 muertos, y la gran cantidad de territorios perdidos 

Pero los años han pasado y la situación ha cambiado (o debería haber cambiado). España es socio de pleno derecho de las citadas instituciones y Gibraltar sigue siendo la última colonia existente en Europa, aunque podría establecerse un paralelismo con lo que sucede en la región de Kaliningrado, antigua Kronisberg, pero esa es otra cuestión que merece un artículo aparte. Así como el propio Reino Unido, primero, y Portugal después, devolvieron a China en 1997 y 1999 las ciudades de Hong Kong y Macao, Gibraltar permanece sin cambios bajo la administración de las autoridades británicas.

¿Alguien se planteó alguna vez hacer un referéndum entre los habitantes de Hong Kong para preguntarles si querían convertirse en ciudadanos chinos cuando Gran Bretaña devolvió la ciudad en 1997? 


Ya no sirven de nada las razones estratégicas. Ni hay una Guerra Fría, ni España es un país sospechoso, más bien al contrario. Nuestras Fuerzas Armadas han desarrollado misiones de paz (y de guerra) junto a tropas británicas en zonas tan peligrosas como Afganistán o Irak. La maniobras conjuntas entre tropas británicas y españolas son habituales y está claro que las Fuerzas Armadas españolas tiene capacidad suficiente para defender el paso del Estrecho.

Mapa de Afganistán y la distribución de tropas de la ISAF

Si tuviésemos un gobierno fuerte, con las ideas claras y un proyecto de futuro, nuestro presidente debería reclamar la soberanía de Gibraltar y convertirla en una de sus prioridades en lo que a la política exterior se refiere. Reclamarlo en la Unión Europea, reclamarlo en el G20, reclamarlo en las Naciones Unidas, reclamarlo en todas aquellas organizaciones internacionales en las que España tiene voz y no callar bajo ningún concepto. Pero como digo las prioridades de nuestros gobernantes siempre han sido otras, otras muy diferentes a lo que España necesita. Como he apuntado Suarez y Gonzalez (calvo Sotelo ni cuenta) tuvieron que posponer el problema por una cuestión de prioridades, puedo comprenderlo. Pero Aznar estuvo más interesado en llevarse bien con Bush y Blair que en reclamar Gibraltar, Zapatero pensó que el planeta sería un mundo feliz con la Alianza de Civilizaciones, todo un visionario, y Rajoy... Mariano bastante tiene con mantenerse en el gobierno con 6,2 millones de parados y un tesorero que después de 20 años en el PP ha acumulado decenas de millones de euros en cuentas en paraisos fiscales, eso sí, tras pagar cientos de miles de euros en sobresueldos a los dirigentes de su partido entre ellos, y según afirma Luis Bárcenas, al propio Mariano Rajoy.