El reciente anuncio, del
ejecutivo presidido por Mariano Rajoy, de que el próximo año 2013 volverán a
subir los impuestos indirectos no hace más que reafirmarme en mi tesis. Desde
mayo de 2010 los diferentes gobiernos de PSOE y PP están llevando a cabo en
España una “devaluación encubierta”.
Acertado slogan del PP para Andalucía. Después de lanzada la campaña hubo que cambiarlo por esta foto. |
La devaluación de la moneda
es una herramienta de manual para salir de una crisis económica como la que nos
aplasta en España, o al menos para intentarlo. Con esta medida, que a
principios de los noventa tomó el gobierno socialista de Felipe González, el
ejecutivo de un país puede aumentar su competitividad exterior, ya que sus
productos bajan de precio para los compradores extranjeros y el país se vuelve
mucho más asequible para los turistas que lo visiten.
Mariano Rajoy no está dispuesto a acometer las reformas estructurales que necesita nuestro país. |
El problema ahora es que la
peseta es historia y la política monetaria esta fijada por Bruselas, mejor dicho
Berlín. Alemania está cómodamente instalada en un crecimiento del 2% anual, el
euro fuerte no le viene mal, teniendo en cuenta que el principal mercado de sus
empresas es el europeo y que con el actual cambio euro dólar (1=1,30) compra
barato en el exterior, especialmente materias primas para su industria. Además
de las razones económicas están las políticas. Alemania quiere convertirse en
el “centro de Europa” y para ello está aplicando la política de “que me siga el
que pueda”. Por el camino han ido cayendo Grecia, Irlanda, Portugal y al borde
del precipicio están España e Italia, con Francia a rebufo y Gran Bretaña
mirando al euro desde fuera.
Tras la llegada de Francoise Hollande a la presidencia de la República Francesa, Angela Merkel se ha quedado más sola que nunca en Europa |
Así las cosas, nuestros
gobernantes han acudido a la “devaluación encubierta” o lo que es lo mismo, sacarnos los euros del bolsillo. Tanto PSOE como PP están en la misma línea,
primero el PSOE subió el IVA y bajó el 5% el sueldo a los funcionarios, luego
el PP aumentó los impuestos directos (IRPF) y siguió por la senda de subir todo
tipo de tasas e impuestos… además, creó algunos nuevos como la tasa de basuras en
Madrid y rescató antiguos, como el impuesto de patrimonio. El “medicamentazo”
ha supuesto que los jubilados tendrán que abonar parte de los medicamentos que
consumen y el resto de la población pagará un 25% más (aumentando del 40%, que
se pagaba hasta ahora, al 50% actual). También los universitarios tendrán que
pagar más y de manera lineal, no dependiendo de sus rentas o la de sus padres,
o de lo eficaces que sean en sus estudios.
La espiral parece no detenerse.
Rajoy ha anunciado que cada viernes anunciará nuevas reformas, a las que se
suman los gobiernos autonómicos. En Madrid, por ejemplo, han subido el
transporte público. Nada parece bastante.
Y ahora se prepara a la
población para una nueva subida del IVA, pero sin decirlo claramente.
Cualquier cosa vale para
recaudar y que las clases medias, autónomos y PYMES paguen la fiesta. Una
fiesta a la que por cierto no nos invitaron. Cada día se gana menos en España,
cada día los españoles tienen menos dinero para gastar, cada día que pasa hay
más parados y más españoles deciden salir del país a probar fortuna fuera. Cada
universitario español que sale fuera a trabajar es un drama por partida doble:
primero en lo humano, después en lo económico, España ha pagado su formación
(si esa formación ha sido en un universidad pública) y el joven universitario
español desarrollará su carrera en otro país, consumirá fuera y pagará sus
impuestos fuera (para Alemania, por ejemplo, negocio redondo). Además los que
salen suelen ser los más preparados, los que hablan idiomas, los que tienen
iniciativa.
Durao Barroso se ha mostrado siempre muy "próximo" a las tesis alemanas |
El agujero es tan grande que
parece no tener fondo y lo peor es que nuestros políticos se dedican a tomar
medidas fáciles. Impopulares, pero fáciles. ¿Por qué no se aborda una reforma
en profundidad del Estado? ¿Por qué no empezamos por eliminar duplicidades
entre administraciones? ¿Por qué no se racionaliza el gasto y se controlan
desmanes como las “embajadas autonómicas”, los aeropuertos sin aviones, las
universidades públicas en cada provincia española, o los miles de cargos de
confianza que plagan las administraciones, las empresas públicas, las
fundaciones públicas, los observatorios?
Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, es un auténtico hombre de paja, sin el menor peso en Europa |
La respuesta es sencilla. La
casta. Hay que proteger a la casta. Hay que dar trabajo a los nuestros. En eso
PP y PSOE están siempre de acuerdo. No van a renunciar ni a uno solo de sus
asesores, de sus coches oficiales, de sus privilegios, de las entradas gratis
para el fútbol, el teatro, los toros… todas esas cosas que llevan años diciendo
que son el chocolate del loro, pero a las que no quieren renunciar. A las que
no van a renunciar.
En un interesante programa
de Jordi Évole, Salvados, sobre la financiación de los partidos políticos, se
daba un dato que los dirigentes de PP y PSOE no desmentían, estas
organizaciones gastan al año 28 y 27 millones de euros en
personal, respectivamente. Lógicamente en esta cifra no están los gastos de personal de las
fundaciones FAES e Ideas o todo lo que cobran directamente de la administración
los “colocados a dedo” por los grandes partidos.
Mientras España se hunde,
algunos parecen preocuparse solo por “los suyos”. El resto les damos
completamente igual.