Hay algunos que parecen no
enterarse de que algo está pasando en España… o a lo mejor no quieren
enterarse. Me refiero a la defensa a ultranza del bipartidismo, que en algunos
ámbitos se está convirtiendo en una cuestión de estado. Un ejemplo es que desde
algunos sectores del PP se está viendo con especial preocupación, el descalabro
que se está produciendo en el PSOE. ¿Paradójico? No exactamente.
El sistema político en el
que vivimos lleva funcionando desde 1978. A finales de los años 80 se
consolidó, tal y como lo conocemos ahora, esto es, con dos grandes partidos
(nacionalismos aparte), que representan a los grandes bloques ideológicos:
izquierda y derecha. Desde la desaparición de UCD, el control de las
instituciones del estado ha estado siempre en manos del PP o del PSOE.
La cuestión es que las
cosas han cambiado mucho en los últimos años. La irrupción de una opción como
UPyD, que se ha posicionado entre PPSOE, ha molestado sobremanera a los
dirigentes de ambos grupos. El “chollo” se les puede acabar y lo peor es que
desde UPyD no se conforman, como puede hacer IU o los nacionalistas, con una
parte del pastel. No, en la formación magenta las cosas se hacen de manera
diferente. Y quiero resaltar esto, se HACEN de manera diferente. Quizás por
ello ha cuadruplicado sus votos en sólo cuatro años, contando en la actualidad
con 1,2 millones de votantes.
Con los antecedentes
histórticos que tenemos, algunas personas dudan del proyecto. Lógico. En España
no tenemos precedentes de nada parecido. Muchos piensan que todos los politicos
son iguales y que esto no puede cambiar. Pero de la misma manera que muchos
pensaban, hace dos telediarios, que las viviendas en España no podían bajar de
precio, “porque eso no había pasado nunca”, ahora está claro que hay cosas que
cambian, aunque nunca haya sido así.
A los hechos me remito.
Pueden parecer cosas valadíes, pero no lo son. Cuando los concejales de UPyD
del Ayuntamiento de Madrid tomaron posesión de sus cargos, comprobaron con
sorpresa que todos (en Madrid hay 57 concejales) tenían derecho a coches
oficiales. Esto supone no sólo disponer de la máquina, el coche, sino de quien
la conduzca (en los turnos necesarios para cubrir todo el día), además de un
escolta por concejal. La primera reacción fue la lógica, no necesitaban los
coches, ni la ciudad se podía permitir el gasto, así que propusieron que todos
los concejales renunciaran.
Ana Botella junto a David Ortega, portavoz de UPyD en el Ayuntamiento de Madrid |
El entonces alcalde, ahora
ministro, vio mejor que nadie la oportunidad política. Decidió reducir de 57 a
36 los coches, dejando los de los concejales de la Junta de Gobierno, los
concejales presidentes de los distritos (que son 21) y los portavoces de la
oposición (esto colocaba de nuevo un coche en manos de UPyD) además de un coche
de incidencias. Lógicamente David Ortega, portavoz de UPyD, volvió a renunciar,
eso sí ganandose como enemigos a todos los concejales del PSOE y de IU que se
veían sin sus chóferes y sus coches.
Atasco de coches oficiales en la Puerta del Sol de Madrid |
En la Asamblea de Madrid
sucedió algo parecido. Allí solamente los cuatro portavoces de los grupos
tenían derecho a coche (además de los consejeros del equipo de gobierno). Luis
de Velasco, portavoz de UPyD, renunció a él ante el ataque desde la bancada del
PSOE e IU. Al menos allí no se predicó del todo en el desierto y
sorprendentemente Íñigo Henríquez Luna, portavoz del PP, renunció también a su
coche oficial (algo de lo que podían tomar nota muchos de sus compañeros de
partido), cosa que no hicieron ni Gregorio Gordo, ni Tomás Gómez, portavoces de
IU y PSOE respectivamente.
Luis de Velasco, portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid |
Las renuncias de UPyD en
busca de la lógica, efectividad y mejor gestión de las administraciones
públicas, no han parado ahí. Todos sus vocales vecinos, figura a la que
dedicaré un artículo próximamente, también han renunciado a una parte
sustancial de sus emolumentos.
En el Ayuntamiento de
Madrid el Grupo Municipal de UPyD ha renunciado a 5 de los 18 cargos de
confianza que les correspondían, por los cinco concejales obtenidos en las
elecciones de mayo (imagínese el lector el número al que tiene derecho el PP
por 31 concejales). De las 13 personas que trabajan en el Grupo Municipal de
UPyD, nueve son funcionarios (que han podido concurrir a las 9 plazas
convocadas en una decisión sin precedentes en el consistorio madrileño) y los
otros 4 son cargos eventuales de libre designación (uno de ellos también
funcionario).
En el Congreso, Toni Cantó
ha renunciado a los más de 1.800 euros de dieta que le correspondían, como diputado
elegido por una circunscripción diferente a Madrid, en concepto de ayuda para
alojamiento. Son más de 60 los diputados (el número exacto aún no se sabe
porque son muchos los diputados que aún no han entregado su declaración de
bienes en el registro del Congreso) que siendo propietarios de una vivienda en
Madrid cobran esta ayuda, pensada para aquellos que se tienen que alojar en un
hotel en sus desplazamientos a Madrid desde sus circunscripciones. Sobre las
renunicas a la presencia en los Consejos de Administración de empresas públicas
o la despolitización de los Consejos Escolares también podremos hablar más
adelante.
Toni Cantó junto a Rosa Díez e Irene Lozano en el Congreso de los diputados |
En definitiva, se trata de
valorar a los partidos políticos por lo que hacen y no por lo que dicen que
hacen (o van a hacer y nunca hacen). Hasta la fecha UPyD está dando ejemplo de
cómo es posible una nueva manera de hacer política.